La periferia en cualquier ciudad en crecimiento es, desde un punto de vista conceptual, dinámica y difusa. En Buenos Aires, se utilizó el borde sur para alojar todo lo que el centro no quería tener cerca. Allí proliferaron barracas destinadas al comercio de esclavos, saladeros, fábricas de jabón, curtiembres, entre otros rubros asociados a la podredumbre y suciedad.
El tiempo, la inmigración y el fuerte crecimiento poblacional asociado, hizo que la ciudad creciera. Y creciera mucho. Acercándose cada vez más a esta periferia con la cual el centro no deseaba tener contacto. Al punto de empezar a ensayar convivencias y luego, tener que integrarla completamente a la dinámica urbana.
El gran auge industrial de fin del siglo XIX y principios del siglo XX produjo una diversificación a gran escala de la producción y una proliferación masiva de galpones en todo el sur del conurbano bonaerense. Siempre en el marco de una ausencia regulatoria y de planificación. Esta proliferación ocasionó la saturación del tejido urbano y forzó un concubinato entre casas con algún grado de informalidad e infraestructura industrial.
La permanencia de estos enormes vecinos en los barrios trajo consigo el menoscabo de la calidad de las viviendas linderas. Paradójicamente, estas estructuras que originalmente se ubicaron en la periferia para no intervenir en la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad, hoy ocupan un lugar central.
Este trabajo se propone transformar galpones; y más específicamente aún, habitar cerchas. Entendiendo el valor patrimonial y espacial de las estructuras existentes, e indagando en la dinámica habitativa que la cercha sugiere. Utilizando su condición aérea y levedad para proponer una actualización programática asociada a los modelos de habitar colectivo contemporáneos.